martes, 2 de noviembre de 2010

CRISIS Y FINAL DE LA HISTORIA APRISTA

La presencia de Mercedes Aráoz en Alfonso Ugarte, rodeada de las principales “figuras” del partido de gobierno,  es sin lugar a dudas la muestra más clara de la crisis interna por la que atraviesa el APRA,  partido que no cuenta con un candidato medianamente decente en su interior, capaz de hacer frente la justa electoral del 2011. ¿Será que se avecina el fin de los tiempos para el partido más antiguo de nuestra historia contemporánea?

Las indecisiones, contramarchas y conflictos desatados alrededor de la candidatura de Carlos Roca y el subsecuente fracaso en las elecciones municipales, parece confirmar la crisis interna que atraviesa el partido, aun cuando sus dirigentes no se atrevan a reconocerlo.

Parece ser que Alan es la única carta que tiene el APRA, cuya estrategia es mantener un colchón electoral, que cada vez es más ligero, mantener presencia política y el 2016 relanzar al candidato único. Definitivamente existe Alandependencia, así como a mediados de siglo XX existió Hayadependencia. Pero a diferencia de Alan, Haya creó cuadros, creía en los jóvenes discípulos, brindó espacios de reflexión y protagonismo político, los preparaba para la sucesión, claro está que, de aquellos jóvenes, el más destacado fue Alan García, quien con su retórica y verbo sin igual logró encantar y encandilar, primero a los miembros de su partido y luego a la población que lo reeligió en dos oportunidades.

A diferencia de la transición Haya – Alan, no existe el menor indicio de legado de parte de Alan García, quien no pretende ceder a nadie el espacio  electoral ganado, el personalismo, egocentrismo de nuestro presidente y su omnipresencia política ha restado espacio de figuración a destacados jóvenes apristas. Alan García ha cometido el error de convertir a su partido, en el típico partido caudillista, dependiente del líder, carente de alternativas  y asumirá la responsabilidad histórica de su disolución.

Mauricio Mulder, decía que no debemos sorprendernos de que el APRA promueva candidaturas independientes pues en el año 1945 el partido había apoyado la candidatura de Bustamante y Rivero. Es cierto, pero ¿cómo terminó aquella aventura política?

Habría que recordar, al congresista Mulder que el respaldo a Bustamante fue en un contexto completamente distinto. El APRA era un partido ilegítimo por la constitución de 1933 – a consecuencia de la rebelión de Trujillo del año 1932-. Para la década de 1940, el retorno a la democracia con Prado Ugarteche, había permitido que el “Partido del Pueblo”  encuentre el espacio político para su recomposición; es así que la única alternativa viable era mimetizarse a través de un Frente Democrático Nacional (FREDENA) compuesto y liderado por el APRA quien llevó al triunfo electoral al “independiente” abogado arequipeño Bustamante y Rivero, ocupando el APRA mayoría absoluta en el parlamento. Fueron precisamente las reformas,  leyes impulsadas por el parlamento aprista y la debilidad de Bustamante los que desencadenaron la crisis del año 1947 que devino en el golpe militar odriísta el año 1948.

Hay que recordar además, el escándalo petrolero en el que se vio involucrado el parlamento aprista, cuando lanzó a debate un nuevo contrato petrolero de sechura, donde sorprendentemente el APRA y el gobierno defendieron el derecho de la empresa extranjera IPC a explorar y eventualmente explotar una vasta zona. Poco después se produjo el asesinato de Francisco Graña Garland –por militantes apristas-, director del diario la prensa y crítico acérrimo del APRA.  

El gobierno de 1945, fue el gobierno del APRA, Bustamante jugó el triste papel del tonto útil, quien no tuvo la decisión, capacidad ni fortaleza para ejercer su autoridad como Presidente de la República, y es que el partido disciplinado y organizado pudo más. Al final Bustamante quedó desacreditado, repudiado por el APRA, derrocado y el país en una profunda crisis político, social y económica.

Mercedes Aráoz, es sin lugar a dudas una mujer emprendedora, inteligente, carismática que restará muchos votos en las elecciones del próximo año, pero qué tan viable y adecuado sería una gobierno de un independiente avalado por un partido con fuertes tensiones internas, dependientes del la figura alanista y que luego de 86 años de historia no ha sido consecuente con la esencia de la ideología aprista, siendo por momentos defensor de los más nobles ideales populares y en otros el látigo con que se debe doblegar a “los ciudadanos de tercera categoría”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario