miércoles, 7 de diciembre de 2011

ÁRBOL SUSTENTABLE...EJEMPLO A SEGUIR


En México, las autoridades de Puebla inauguraron el primer árbol de Navidad sustentable, cuyas ocho mil luces son iluminadas por energía cinética de 15 bicicletas.
En el marco de la Feria "Navidad Sustentable" los paseantes pueden pedalear las 15 bicicletas colocadas alrededor del árbol navideño para cargar las dos baterías que encienden las luces.
"Cada bicicleta tiene un generador pegado a la llanta trasera que, en movimiento, genera de 100 a 350 watts que cargan las dos baterías, las cuales permiten iluminar el árbol navideño 45 minutos seguidos", explicó el director de la empresa responsable CocoLab, Rudy Laddaga.
Explicó que para cargar las baterías se debe pedalear cada bicicleta durante unas ocho horas en el día a una velocidad entre 20 y 30 kilómetros por hora para mantener iluminado el árbol por la noche.
Indicó que la energía que producen las personas al pedalear por ocho horas 15 bicicletas, equivale a la energía que se usa para alumbrar 60 habitaciones con focos de 100 vatios.
Ladaga indicó, en un comunicado emitido por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que el uso de energías limpias es una tendencia que a mediano plazo resulta menos costoso que cambiar bombillas porque producen ahorros en el consumo de luz de 50 hasta 90 por ciento.

lunes, 5 de septiembre de 2011

VERGÜENZA AJENA


La semana pasada estuvo en Lima el famoso historiador irlandés Benedict Anderson, quien ha destacado como teórico del nacionalismo. Su presencia ha sido especialmente oportuna ahora que estamos iniciando un gobierno motivado por la construcción del Estado nacional, para cuya comprensión su reflexión es especialmente pertinente. Como es ampliamente conocido, el planteamiento de Anderson sobre la nación indica que es un producto cultural, imaginado como un vínculo de solidaridad alrededor de la pertenencia a una comunidad. Por su parte, esa comunidad es un ideal que recorre a todos sus integrantes y los diferencia de las demás comunidades nacionales.
Anderson ha creado un aparato teórico novedoso para interpretar el fenómeno del nacionalismo que recorre el mundo entero desde hace siglos y no tiene cuándo extinguirse. Han ido cambiando las grandes ideologías políticas, algunas se han hundido y otras atraviesan procesos de cambio muy intensos. Pero, los nacionalismos siguen reproduciéndose y actuando como fuerza política, sin que su fin parezca cercano. En este sentido, el nacionalismo es una fuerza que Anderson interpreta como positiva, puesto que alienta las buenas prácticas con los demás conciudadanos. Aunque, dentro de ciertos límites, puesto que su desborde puede generar purificaciones étnicas mediante grandes matanzas, como ocurrió al desintegrarse la antigua Yugoslavia.
Anderson pronunció un discurso al recibir el doctorado honoris causa de la PUCP que, dando una muestra más de su sólida vida académica, lo había invitado para participar en un evento de Humanidades. En esa alocución, se refirió a los sentimientos que acompañan al fenómeno nacional. Como se trata de una comunidad imaginada por sus integrantes, la común adhesión nacional provoca sentimientos compartidos. Algunos son obvios y siempre repetidos por los analistas. Entre ellos destaca el patriotismo y el orgullo nacional ante ciertos productos, como la gastronomía o el pasado arqueológico en el caso peruano.
Pero lo interesante de la postura de Anderson fue su referencia a un sentimiento que normalmente no se asocia al nacionalismo. Se trata de la vergüenza y específicamente de una emoción que en el Perú llamamos vergüenza ajena. Según su parecer, cuando pertenecemos a una comunidad y el otro es alguien que reconocemos como nuestro, su conducta nos importa. Si sus actitudes y acciones nos parecen normales nos dejan indiferentes. Pero, si las desaprobamos nos significan mucho, porque se trata del desagrado frente a la conducta de alguien a quien sentimos como perteneciente a nuestra propia nación. De ahí que sintamos vergüenza, no por algo que hayamos hecho como individuos, sino por algo hecho por otro, a quien sabemos parte de nosotros.
Según Anderson, ese sentimiento de vergüenza ajena identifica a las naciones. Solo se presenta cuando el autor de algo reprobable es parte de uno. En este sentido, la vergüenza actúa como mecanismo de control social y sirve para enderezar la marcha de las comunidades.
Lo paradójico de su discurso reside en que sus palabras estaban pronunciadas en la PUCP, amenazada por el Cardenal en su independencia de criterio y autonomía de gobierno. A lo largo de los años la PUCP se ha colocado a la vanguardia de las universidades del país, gracias a su capacidad para producir conocimiento y transmitirlo por profesores de todas las tendencias ideológicas, que se enriquecen gracias al debate democrático.
El cardenal Cipriani busca acabar con ese pluralismo y transformar la institución en una universidad confesional. Como lo sentimos parte de nuestra comunidad, sus acciones contra la PUCP nos inspiran precisamente vergüenza ajena.

domingo, 27 de marzo de 2011

RESPONSABILIDAD VIAL

En los Estados Unidos la responsabilidad mostrada por los conductores se hace evidente cuando en pleno trafico no escuchas un solo claxon, en la señal de pare detienen el vehículo aun cuando no haya otro vehículo cruzando por la calle principal, donde la luz ámbar es prevención y se detienen inmediatamente (no aceleran para ganar al semáforo), en realidad se trata de una conducta vial impartida en todo el mundo, pero ¿por qué en Estados Unidos sí funciona y en nuestro país no?. 

Estas fotos fueron tomadas en los Ángeles, camino al aeropuerto de LAX,  un día de mucho tráfico, noten la fila de carros a la derecha y noten que el carril de la izquierda está libre, sucede que este carril es reservado para conductores que llevan mas de dos pasajeros; pero para acceder a el deben esperar la señal de entrada al carril, mientras tanto los conductores mantienen su carril aun cuando haya mucho tráfico. Este comportamiento responsable permite un transito fluido.

Inclusive he podido observar gran responsabilidad vial en el peatón, quienes cruzan por lugares señalizados, cada bus tiene hora de llegada y en su interior te van indicando las calles donde hay paraderos y donde se detendrá. El metro es subterráneo, recorre la ciudad de manera rápida y segura. Pensaba en nuestro tren eléctrico y veía la gran diferencia, como este medio que lleva más de 25 años de construcción ha generado una terrible contaminación visual pasando inclusive por encima del cementerio "El Ángel" y no se si también por el histórico Presbítero Maestro para llegar a San Juan de Lurigancho. 
   

lunes, 14 de febrero de 2011

LA HIPOCRESÍA POLÍTICA ES PAN DE CADA DÍA


POR: GUILLERMO GIACOSA*
Ayer escribíamos sobre la falta de integridad periodística. Hoy me referiré a esa misma falta de integridad en el plano político. En Túnez, un muchacho muy humilde, harto de las injusticias de las que era objeto, se prendió fuego. Y, como si el suelo hubiese estado regado de gasolina, las llamas abrasaron su país y los países vecinos. Un acto de un solo ser humano, más Internet, logró desnudar, ante una opinión pública aparentemente idiotizada –por una prensa al servicio de los intereses corporativos–, el drama cotidiano de varios países cuyos ciudadanos salieron a la calle a reclamar por una vida más digna.

A partir de ahí, la Internacional Socialista expulsó al partido del dictador tunecino de esa organización, el gobierno suizo anunció la confiscación de las cuentas corrientes de 40 familiares del exgobernante y un avión privado estacionado en Ginebra. Los periódicos comentaron la “bestial represión del régimen de Ben Alí, el terror a manifestar cualquier opinión” que había predominado hasta ese momento. La Unión Europea – a iniciativa de Francia– se planteó el bloqueo de las cuentas, bienes y propiedades inmobiliarias del clan Ben Alí, en Europa, EE.UU., por su parte, descubrió que su aliado tunecino no era precisamente un demócrata, etc.

La hipocresía que manifiestan estas conductas es una expresión de la degradación a la que hemos llegado. ¿Ignoraban, acaso, la Internacional Socialista, la Unión Europea, el gobierno suizo y los EE.UU. lo que ocurría en ese pequeño país africano? De ningún modo. Pero era un aliado para aprovechar y lucrar política o económicamente. Las conveniencias, una vez más, estuvieron por sobre los principios. Los medios por su parte, si no hubiese ocurrido la rebelión, seguirían presentando a Túnez como una democracia y callando sus horrores. Solo destacan los que ellos consideran tales cuando el país concernido no se somete a las reglas del juego del neoliberalismo.

No verlo es parte de la ceguera impuesta por una prensa maridada con el poder.

jueves, 3 de febrero de 2011

HISTORIA DE UNA MINORÍA: EL OCASO DE MUBARAK

Egipto vive uno de los momentos más decisivos de su historia, la cual tomaría  alcance internacional llegando a repercutir en Washington. La presencia del presidente Mubarak por 30 años en el poder, el desgaste de su régimen, la intolerancia, el excesivo control de medios, el incremento de la pobreza y el fortalecimiento de los sectores medios, además de la coyuntura golpista de Tunes, ha generado que la presidencia de Mubarak "el faraón" atraviese su ocaso. El internacionalista y catedrático de PUCP Ariel Segal analiza estos acontecimientos...           
Hosni Mubarak no entendió lo que, literalmente, le dijeron en varios idiomas, diplomáticos europeos y estadounidenses durante años ante el obvio desgaste de su régimen y el descontento de la clase media egipcia que se tradujo, entre muchas otras cosas, en el ingreso de estudiantes y profesionales a grupos islamistas como La Hermandad Musulmana.
Mubarak se escudó en la probable hipótesis de que grupos radicales islámicos llegaran al poder en Egipto –como ocurrió en Argelia en 2001 y Gaza en 2006– para no liberalizar el tablero político, pero fue presionado por varios gobiernos aliados a su régimen para que al menos condujera a su país, a una gradual apertura por medio de gestos mínimos como la liberación de disidentes políticos y la tolerancia a medios de prensa opositores. No lo hizo, y ahora, con 82 años y según fuentes periodísticas, un cáncer en su sistema digestivo, deshojaba la margarita para elegir como sucesor a su hijo Gamal o a su poderoso jefe de servicios secretos, Omar Suleiman. Con ese objetivo volvió a manipular las elecciones parlamentarias de noviembre de 2010 garantizando el poder casi absoluto del Partido Nacional Democrático (PND) hasta los comicios presidenciales de septiembre de este año.
Sin el precedente de Túnez, quizá Mubarak hubiese logrado controlar el descontento popular, pero su intransigencia de renunciar y comenzar una transición inmediata, hacen ahora muy difícil que algún funcionario de mediana jerarquía de su partido pueda conducir al país a las próximas elecciones, en caso de que no se detengan las protestas masivas.

Mubarak esperaba ser recordado como el hombre que mantuvo estable por 30 años al país árabe más populoso (hay naciones musulmanas, no árabes, con más habitantes como Indonesia, Pakistán, etc.), y uno de los más estratégicos por ser el puente de comercio entre Europa y Asia a través del Canal de Suez, y por su rol como mediador principal entre israelíes y palestinos. Sin embargo, ahora su imagen es, principalmente, la de un tirano que, en su empeño de momificarse en el poder, oprimió a sus oponentes y disminuyó la calidad de vida de los egipcios.

miércoles, 26 de enero de 2011

LA CALIDAD DEL CONGRESO

Por Antonio Zapata

La constante caída de calidad del Congreso obedece a varias causas, pero sobre todo a una poco reconocida: el sistema del voto preferencial. A primera vista no parece negativo. Por el contrario, aparentemente es muy democrático, puesto que le quita a las cúpulas partidarias la decisión sobre quién entra al Congreso y le traslada ese derecho al elector, que puede reordenar la lista entregada por los partidos. Así, los partidos ofrecen una baraja de candidatos y el ciudadano elige el orden de ingreso al Parlamento. Dicho de este modo, parece una conquista democrática, pero en realidad ha generado enormes problemas.
En primer lugar, introduce la competencia al interior de los partidos, cuando deberían enfrentar unidos la contienda electoral. En efecto, hoy en día podemos observar gruesos problemas en todos los partidos y eso que recién están seleccionando sus candidatos al Congreso. Mañana, cuando la lista esté inscrita, cada candidato a parlamentario encontrará sus rivales dentro de su propio partido. Son aquellos con quienes competirá por el preferencial. Como consecuencia, al interior de los partidos prima el conflicto y en ninguno impera un clima fraterno. En este sentido, el voto preferencial agudiza las contradicciones y acaba deshaciendo las lealtades internas. El partido se vuelve arena de las más pequeñas y grandes mezquindades. Por ello, estamos ante una democracia frágil sin partidos.
A continuación, facilita el transfuguismo, al conferirle un carácter individual al representante. Como han sido elegidos en tanto personas, gracias a sus propios votos preferenciales, los congresistas se sienten por encima de su bancada. Además, para repetir el plato, algo a lo que todos aspiran, tienen que seguir actuando en primera persona, puesto que solo la fama personal los lleva a la palestra. De este modo, todo congresista es una estrella solitaria e individualista. No representa un grupo ni una ideología, tampoco un compromiso definido con sus electores. Por el contrario, a consecuencia de su sistema de elección, los parlamentarios son figuretis, listos para cambiar de camiseta si la ocasión contribuye a su beneficio.
En tercer lugar, el preferencial impide que algunos buenos candidatos sean elegidos. Anteriormente, el partido podía colocar en buenos puestos a ciertas figuras, políticos o intelectuales, que no necesariamente eran carismáticos ni supersimpáticos. Individuos serios que levantaban el nivel del debate congresal gracias a sus capacidades, pero que no hubieran podido bailar al ritmo del “Chino” ni hacer chistes en los programas cómicos de TV. Así, nuestro sistema actual de elección propende a la candidatura de vedettes y deportistas, porque son personas conocidas por el gran público, útiles para arrastrar votos. El preferencial es un selector al revés, facilita que los expertos en mil oficios accedan a los puestos políticos.
Otro tema es la corrupción. En efecto, no es el partido el que sustenta la campaña al Congreso, sino cada candidato por separado realiza la suya. Entonces, para ganar, el candidato debe invertir como persona individual. O tiene su dinero y lo toma como una inversión que luego dará su ganancia, o solicita apoyo a otros, a quienes –de ser electo– tendrá que retribuir con favores políticos.
En ambas situaciones, el preferencial alienta el mal manejo de los representantes.  Provoca  la aparición de los  “comepollo” y “robaluz”.
Poco se dice pero los procedimientos definen la sustancia de las cosas. En este caso, el mecanismo a través del cual el voto ciudadano se transforma en escaños, acaba definiendo la calidad del Congreso. Si queremos mejorar el nivel del Parlamento, primero debemos eliminar el voto preferencial, fortaleciendo el sistema de partidos.
Columnista Diario "la República"

lunes, 24 de enero de 2011

CALLES EN ELECCIONES

A pesar de las multas a los candidatos que ensucien las calles con publicidad partidaria, muchos hacen caso omiso a esta disposición legal y observamos, conforme se acerca la fecha de elecciones presidenciales, el incremento de anuncios y afiches publicitarios en las diversas ciudades del país, los municipios deben aplicar la ley y sancionar los partidos infractores. Nosotros los ciudadanos, debemos elevar nuestra vos de protesta pues están ensuciando las paredes y postes de nuestra casa que se llama Perú. 

A través de este espacio denunciaremos con imágenes aquellos partidos que trasgredan la ley e irresponsablemente ensucien nuestras calles.

476 AÑOS DE LIMA Y 100 DE ARGUEDAS



Por Nelson Manrique

Al hablar de José María Arguedas –escritor, antropólogo, gran animador cultural– se piensa en la sierra y suele olvidarse que él vivió en Lima la mitad de su vida. La vivencia de la migración (una experiencia común a millones de peruanos) atraviesa su vida y sus reflexiones, desde su niñez errante, acompañando al padre juez, hasta su inserción en el medio intelectual limeño, en el que batalló incansablemente por lograr el reconocimiento de la cultura andina. Alfredo Torero –gran lingüista y amigo íntimo suyo– me hizo una vez la observación de que cuando JMA perdía el camino (le sucedió, por ejemplo, al empezar a trabajar antropológica y literariamente la ciudad de Chimbote) invariablemente era a través de su contacto con los migrantes que retomaba el hilo. Basta releer El zorro de arriba y el zorro de abajo para constatarlo.

El aporte de JMA ha sido capital para definir la identidad cultural de Lima. No solo presentó la sierra al público limeño sino contribuyó a resolver necesidades muy sentidas de sus coterráneos. Los primeros inmigrantes tuvieron que enfrentar no solo un profundo choque cultural sino, sobre todo, sufrir los prejuicios con que históricamente los costeños han visto a los serranos. Para los viejos limeños los migrantes venían a quitarles su ciudad, eran sucios, desconfiados y taciturnos. Los serranos, por su parte, consideraban a los costeños ociosos, inconstantes y superficiales. Pensar en un proyecto de integración nacional en esas condiciones era iluso.

La imagen de Lima como una Arcadia colonial, construida por Ricardo Palma y poetizada por Chabuca Granda, contribuyó a alimentar los equívocos. Cuando se producen cambios muy acelerados en la realidad, los ojos con que se ve esta tienden a quedarse fijados en las viejas imágenes y son incapaces de registrar lo que objetivamente sucede. Algo así ocurrió a Lima en la transición demográfica que la andinizó a mediados del siglo XX. Mientras Chabuca cantaba a la ciudad del río, el puente y la alameda, a una aristocracia terrateniente que recorría senderos bordeados de naranjos cabalgando en caballos de paso, Lima estaba siendo profundamente transformada por la gran oleada andina, en medio de grandes tensiones y resentimientos. El sentimiento de los viejos limeños, de que los migrantes estaban destruyendo su ciudad, era reforzado por el colapso de los servicios públicos, incapaces de abastecer la demanda de una población que se multiplicó por diez en apenas tres décadas, con el consiguiente deterioro de la calidad de vida. Para los recién llegados la urbe era ajena y hostil, y los clubes de migrantes fueron un espacio fundamental de defensa. El otro fueron los coliseos.

Lima ignoraba las culturas del interior. Como el etnomusicólogo Raúl Romero ha recordado, para los limeños la música serrana –conocida a partir de los espectáculos montados en los años 20 por el presidente Leguía en la pampa de Amancaes– era genéricamente conocida como “música incaica”. Los grupos folclóricos migrantes, fueran de donde fueran, para ser aceptados, tenían que disfrazarse con atuendos supuestamente incaicos e interpretar música cusqueña, la única que reconocía la sensibilidad criolla. JMA asumió como una cruzada personal la defensa del derecho de los migrantes a preservar su identidad. El gran violinista Máximo Damián recuerda que él no se limitaba a exhortarles a que defendieran la autenticidad de su arte, no dejándose alienar por las disqueras, sino que paralelamente buscaba conseguirles modestos trabajos, a través de sus contactos, para que pudieran vivir con dignidad y cultivar así su arte sin graves apremios materiales. Los coliseos se convirtieron entonces en un crisol cultural en el que los miles de migrantes que asistían cada semana a escuchar a los intérpretes de su localidad aprendían a disfrutar con la música de todas las regiones del Perú; toda una lección de interculturalidad.

La gran cantidad de homenajes a JMA a lo largo del año muestra la consciencia que tiene la sociedad civil de la importancia de su aporte. Qué distantes están los líderes políticos (que propusieron que este fuera el año de los submarinos, o el de Macchu Picchu) de este sentimiento.

viernes, 7 de enero de 2011

ENTRE VIVOS Y PLEBEYOS

Siempre reclamamos cambios, hablamos de lo mal que estamos, juzgamos actitudes, principios, acciones, creencias, nos quejamos de nuestras autoridades, demandamos cambios, nos quejamos de la escuela, los maestros, pero perdemos de vista que formamos parte, de una u otra manera, de la misma cadena viciosa que genera el caos. Somos parte del problema pero nos vemos como agente externo y lejano. Tenemos la posibilidad de cambiar estas realidades pero estamos a la espera que alguien más lo haga... en fin, veamos con atención este video y reflexionemos un instante... aunque mañana el caos continúe...